CORCHO

El corcho es la corteza exterior del alcornoque, Quercus Suber L, que crece principalmente en la región mediterránea del mundo. La corteza es un tejido vegetal compuesto por una aglomeración de células llenas de un gas parecido al aire y recubiertas de capas alternas de celulosa y suberina. Cada centímetro cúbico de la estructura del corcho contiene entre 30 y 40 millones de células.

EL CORCHO COMO MATERIAL DECORATIVO

El corcho como material de construcción se ha utilizado desde siempre fundamentalmente por dos razones: su capacidad de aislamiento acústico y su bajo coste. Vendido bajo el formato de grandes rollos, se ha utilizado fundamentalmente para revestir suelos, así como en muros y techos (como capa interior) para aislarlos de ruidos o matizar los sonidos externos.


El alcornoque sigue siendo el único árbol cuya corteza puede regenerarse después de la cosecha sin dañar el árbol. Es verdaderamente un recurso renovable y respetuoso con el medio ambiente. Además, el alcornoque tiene la notable capacidad de retener carbono y un alcornoque cosechado fija casi cinco veces más carbono. Esta característica excepcional hace del corcho un producto naturalmente sostenible y su uso contribuye a la conservación de un hábitat único en el mundo.


El corcho es realmente un solucionador de problemas de uso múltiple para una gran cantidad de aplicaciones, como sellado, aislamiento, control de vibraciones, reducción de peso, amortiguación de sonido, juntas, flotación, conservación de energía, soporte de carga, pulido, control de la contaminación y muchos otros.


Ligereza: Alrededor del 80% del volumen del corcho consiste en materia gaseosa, lo que hace que el corcho sea extremadamente ligero y flotante.

Elasticidad y resiliencia: Las membranas celulares son muy flexibles, lo que hace que el corcho sea comprimible y elástico. Estas características, junto con otras cualidades, explican en gran medida que el corcho se haya convertido en indispensable para la fabricación de tapones.
Cuando el corcho se somete a una fuerte presión, el gas de las celdas se comprime y reduce considerablemente su volumen. Cuando se libera de la presión, el corcho recupera inmediatamente su volumen original.

Impermeabilidad: La presencia de suberina (una mezcla compleja de ácidos grasos y alcoholes orgánicos pesados) hace que el corcho sea impermeable tanto a líquidos como a gases. Como resultado, no se pudre y, por lo tanto, puede considerarse uno de los mejores sellos disponibles.

Aislamiento: El corcho tiene una de las mejores capacidades aislantes, térmicas y acústicas, de todas las sustancias naturales. Esto se debe al hecho de que los elementos gaseosos están sellados en pequeños compartimentos impermeables, aislados unos de otros por un material resistente a la humedad.

Ignífugo: El corcho es un ignífugo natural ya que no propaga las llamas y no libera gases tóxicos durante la combustión.

Durabilidad: El corcho también es notablemente resistente al desgaste y tiene un alto coeficiente de fricción. Gracias a la estructura de nido de abeja, se ve menos afectada por impactos y roces que otras superficies duras.

Hipoalergénico: El corcho no absorbe el polvo y, por tanto, no provoca alergias ni supone riesgo para los asmáticos.

Biodegradable, reciclable y renovable: El corcho es una materia prima natural 100% biodegradable, reciclable y renovable.

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